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LA ERA MILEI

El FMI admite en el nuevo entendimiento que la deuda argentina roza la incobrabilidad

La directora del Departamento de Estrategia, Ceyla Pazarbasioglu, optó por no respaldar con su firma el nuevo crédito. “El personal considera que la capacidad de Argentina para reembolsar al Fondo sigue sujeta a riesgos excepcionales”, advierte el documento.

El extenso informe que da marco al nuevo préstamo de USD 20.000 millones al país incluye una admisión insólita: el propio Fondo reconoce que la deuda de Argentina ya era prácticamente inmanejable antes de este desembolso, y que ahora el escenario es aún más complejo.

“Esa sección del texto plantea que nos rescataron del precipicio, pero nos dejaron atrapados en un pozo del que resulta casi imposible salir”, interpretó un economista con trayectoria en la gestión pública.

La tensión interna que generó este cuadro dentro del FMI provocó el desplazamiento de varios funcionarios clave. El primero fue el chileno Rodrigo Valdés, entonces a cargo del hemisferio occidental, quien por jerarquía debía liderar la negociación con la Argentina. Valdés venía manifestando críticas sostenidas al nivel de endeudamiento que el Fondo promovía.

Luego trascendió que la economista turca Ceyla Pazarbasioglu, a cargo del influyente Departamento de Estrategia, Políticas y Evaluación (SPR), decidió no avalar con su firma el nuevo préstamo. En su lugar, se designó a dos funcionarios de menor rango para formalizar el acuerdo. “Totalmente fuera de los procedimientos habituales”, admitieron fuentes del organismo al mismo medio.

El SPR, considerado la estructura más poderosa dentro del FMI —apodado incluso como el “macho alfa” o el “politburó” del Fondo—, tiene potestad sobre cada documento relevante. Ningún análisis importante ve la luz sin su aprobación, según reveló una ex integrante del comité en una publicación del Financial Times.

Con el nuevo desembolso, la deuda de Argentina con el Fondo se elevará al 1.263% de su cuota, en un contexto en que ya existía un volumen pendiente significativo. El nivel de exposición alcanzaría, en caso de cumplirse lo pactado, un récord histórico para el organismo.

En febrero, ya se había hecho pública la resistencia del SPR al nuevo esquema. Las excepciones concedidas por el FMI, como el giro inmediato de USD 12.000 millones, equiparan este programa con aquel Stand-By de USD 54.000 millones otorgado al gobierno de Mauricio Macri en 2018.

Aquella operación dejó fuertes secuelas dentro del organismo. La presión interna derivó en la salida de Alejandro Werner y del italiano Roberto Cardarelli, cuyas gestiones fueron cuestionadas públicamente en documentos oficiales del Fondo.

Aun sin la firma de Pazarbasioglu, el SPR dejó plasmada en el cuerpo del acuerdo su preocupación por la altísima exposición del FMI en este caso. “El personal técnico considera que la capacidad de Argentina para reembolsar al Fondo sigue sujeta a riesgos excepcionales, que dependen fundamentalmente de las medidas políticas tempranas y de la implementación sostenida del plan de estabilización para alcanzar los objetivos de acumulación de reservas y asegurar la reanudación del acceso al mercado antes del vencimiento de las recompras al Fondo”, reza el apartado titulado Capacidad de repago.

“El margen de maniobra sigue siendo limitado, especialmente en el contexto de bajos niveles de reservas, elevadas obligaciones de servicio de la deuda cambiaria, un historial de volatilidad de los flujos de capital y un entorno externo más propenso a shocks”, añade el texto.

La exposición del FMI llegaría a su punto máximo en 2026, alcanzando los DEG 43.100 millones, lo que superaría el 1.300% de la cuota argentina y se mantendría por encima del 1.000% hasta 2029. En ese escenario, el nivel del compromiso excedería incluso el total de reservas internacionales brutas hasta al menos 2027.

“El acceso total propuesto de DEG 15.300 millones mantendría el crédito pendiente del Fondo de Argentina por encima de los límites de acceso acumulativo normales durante un período prolongado”, advierte el informe, que calcula que las obligaciones con el Fondo alcanzarán su pico en 2030, con más de 8.900 millones de DEG, lo que demandará un flujo de financiamiento externo equivalente a casi el 9% del PBI, sin contar el servicio de deuda interna.

“El acceso total propuesto de DEG 15.300 millones mantendría el crédito pendiente del Fondo de Argentina por encima de los límites de acceso acumulativo normales durante un período prolongado, con un crédito pendiente al final superior en un 139% de la cuota al nivel previo al programa”, detalla el texto. “Se proyecta que el crédito máximo del Fondo a Argentina, suponiendo que los desembolsos se realicen según lo programado según el acuerdo propuesto, alcance los DEG 43.100 millones en 2026, equivale al 1.352% de la cuota. Esta sería la mayor exposición del Fondo en términos absolutos en la historia”, concluye.

De acuerdo con las proyecciones del SPR, en el mejor de los escenarios el repago podría terminar en 2039.

Con información de La Política Online

Publicado en lanuevacomuna.com

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