Cecilia Mariana Mastrototaro, la mujer que junto a sus hijos eran buscados a fines de noviembre, realizó un pedido desesperado a la justicia para poder volver a ver a sus hijos.
El 29 de noviembre, la policía activó la búsqueda de Mastrototaro y sus hijos de 3 y 7 años, luego de una denuncia de su ex pareja, Adolfo Castro. Tres días después, fueron encontrados en un domicilio de la localidad de Mar del Plata. Los pequeños fueron restituidos a su padre y Mastrototaro no volvió a saber nada de ellos en los últimos 8 días.
Mediante un escrito enviado a Cuatro Vientos, la mujer compartió un relato de los hechos y aseguró que es víctima de violencia de género por parte de Castro desde hace 10 años.
El escrito completo:
“Mi nombre es Cecilia Mariana Mastrototaro y agradezco a este medio la posibilidad de contar mi verdad. Soy víctima de violencia de género por parte de Adolfo Castro desde que nos casamos en el año 2010 y empeoró desde que quedé embarazada de nuestra primera hija. Soporté durante 6 años su maltrato psicológico, laboral y manipulación desde lo económico. Hasta que el maltrato se volvió físico y me separe. En el mes de julio del corriente decidimos mudarnos de común acuerdo a Lanús (donde se encuentra tanto mi familia como la suya, y amigos) para tratar de recomponer la pareja. Hicimos terapia de pareja, pero estando allí contenida por mis afectos logré tomar dimensión de la espiral de violencia gravísimo al que estaba siendo sometida y decidí separarme porque su maltrato empeoraba y él inició una guerra contra mi persona afectando de esta manera el bienestar psíquico y físico de nuestros hijos.
Al día de hoy hace 8 días que está impidiendo el contacto de Regina y Pedro conmigo, su mamá.
¿Y en este caso donde está la Justicia? ¿Por qué no le hacen un allanamiento para averiguar el paradero de los nenes? ¿Por qué para el violento si y para las víctimas que son los niños no hay cumplimiento de la ley?¿Acaso no es una falta grave que una abogada pida algo contrario a la ley en beneficio de su cliente Maxime cuando es la vida de los menores la mayor perjudicada?
Les comparto el relato de los hechos que mis hijos y yo sufrimos con una justicia desigual, irregular y comprada.
El 4/10/2020 Adolfo Castro se los llevó sin previo aviso y sin mi consentimiento a más de 500 km, a su campo en «LA DULCE» – Partido de Necochea, sin informarme del paradero de mis hijos, en complicidad con su familia. El 5/10 hice la primera denuncia en la Comisaria de la Mujer de Lanús y esa misma denuncia queda radicada en el JUZGADO DE PAZ Y FAMILIA N° 1 DE LANÚS IPP 07-04-017606-20/00. El 11/10 realizo una ampliación en la COMISARÍA DE LA MUJER Y FAMILIA DE LANÚS, registrando que Adolfo desde el 10/10 a las 18 horas cortó todo tipo de comunicación de mis hijos conmigo: tanto él como toda su familia (Padres, hermanos y cuñado) dejaron de atender los teléfonos y de contestar mensajes. Sin respetar ni mis derechos ni los de mis hijos, impidiéndome el contacto con ellos por todos los medios posibles. Desde el Juzgado de Lanús se envió una citación a Necochea para que Adolfo regresara con nuestros hijos y concurriera a una cita con el equipo técnico estipulada para el 14/10, pero ni la policía de la ciudad ni la policía rural de Necochea lograron entregarle el oficio. Lo cual no me pareció extraño ya que Adolfo es amigo y les ha entregado muchas veces a la policía rural diferentes “presentes” por sus favores, como corderos y gasoil. Básicamente Adolfo Castro y toda su familia siempre se han manejado con sobornos para realizar sus negocios, como circular con maquinaria rural por rutas sin la correspondiente documentación o aplicar Agroquímicos sin la correspondiente receta y sin cumplir las condiciones mínimas de aplicación ni de seguridad como exponer a mis hijos los residuos cuando se realiza el lavado de esa maquinaria. De la misma forma en que sus actitudes imprudentes al conducir su camioneta quedan demostradas con las multas de transito por exceso de velocidad históricas que siempre ha tenido que pagar, con los niños sin la sillita correspondiente para circular con menores según indica la ley, o llevar a los menores en la caja de la camioneta. También su violencia queda expresada en la crueldad para con los animales y en el uso de armas de fuego para cazar, todos estos son los hechos a los que expone a nuestros hijos.
Frente a esta situación, hago la denuncia en la FISCALÍA DE LANÚS Nro. 4 vía internet donde denuncio que no sabía dónde se encontraban mis hijos, ni si estaban saludables o siquiera vivos ya que no respondían Castro y sus familiares ni mis llamados ni mis mensajes, también mis hermanos y mis padres intentaron llamar sin respuesta alguna. Una vez asignada la IPP 07-04-18115-20 solicitando hablar con la Fiscal. Mariela Bonafine, quien delante mío llama por teléfono a Adolfo Castro y a Paula Castro, dejándoles un mensaje que decía que eran buscados por retención de menores y debían presentarse cuanto antes en Lanús. Y me dice que, si no se presentaban durante el fin de semana, volviera a la Fiscalía y se emitiría una orden de captura.
No regresaron. La justicia no hizo nada tampoco en esta oportunidad. El 15/10 me presento nuevamente en la FISCALÍA DE LANÚS para solicitar el pedido de captura, como me había indicado una fiscal que solicitaría si Adolfo Castro no regresaba, pero esta vez me informaron que no podían hacer nada desde allí, que debía irme a Necochea, contrario a lo que se me había informado anteriormente, ya que los niños fueron sustraídos de Lanús.
Frente a diferentes sucesos en los siguientes días, el 17/10 hice una ampliación en la COMISARÍA DE LA MUJER Y FAMILIA, en la cual queda asentado que el padre de Adolfo, JOSÉ MARÍA CASTRO no me había permitido comunicación con mis hijos y que sus familiares hicieron lo mismo, y que, si me acercaba al campo familiar y traspasaba la propiedad privada, no sabía qué podía pasarme. Me dijeron que mis hijos estaban bien donde estaban y con su padre, pero nunca me dejaron verlos. Les pedí por favor que me dejaran pasar el Día de la Madre con ellos y ellos se negaron. Solicité la restitución de los menores y la intervención de los organismos competentes. El 20/10 realicé otra ampliación de la misma denuncia en la CRIA DE LA MUJER Y FAMILIA asentando mi preocupación por el estado de salud de mis hijos ya que ambos estaban en tratamiento al momento en que su padre los retuvo. Asimismo, presenté una denuncia en la Fiscalía Nro. 1 de Necochea por “Impedimento de Contacto” IPP 11-00-005773-20.
El 28/10 me contactaron desde la COMISARÍA DE LA MUJER porque había hecho una denuncia a través de Internet, me hicieron ir y me tomaron la denuncia donde solicité la MEDIDA DE RESTITUCIÓN DE MIS HIJOS Y MEDIDA DE RESTRICCIÓN DE ACERCAMIENTO DE CASTRO A MI FAVOR y tuve que relatar dolorosamente una vez más todo el calvario por el que estaba pasando desde que decidí separarme: violencia, maltratos, retención de mis hijos, sus violentas amenazas de muerte hacia mí. Además, amplío indicando que un amigo en común, domiciliado en la ciudad de Lanús me manifestó que el Sr. Castro le confesó que había borrado archivos referentes a mi trabajo de tesis de mi computadora personal, había roto mi celular y que lo quiso sobornar para que clonara mi celular. Además, dejo asentado que me dijo “Yo soy buena persona, si no ya te hubiese matado” al ver un mensaje que yo había bloqueado en mi red social por estar escrito en francés.
El 2/11 tuvimos una audiencia virtual en el JUZGADO NÚMERO 1 DE NECOCHEA, a la cual asistimos el CONSEJERO GUSTAVO PÁRRAGA, la ASESORA DE MENORES MARÍA INÉS DESERIO, ADOLFO CASTRO y su abogada MARÍA DEL CARMEN BELLOMO, mi abogada VALERIA PÍLLURISSA y yo. Se suponía iban a restituirme a mis hijos luego de 1 mes desde que el padre los tuvo retenidos, pero solamente se dictó un acuerdo provisorio que determinaba que mis hijos se quedarían viviendo con el padre y que los días lunes, miércoles y viernes podrían visitar a su mamá desde las 15 a 20 hs. y los días sábados de 11 a 20 hs. Luego, mi abogada se comunicó con la JUEZA ALEJANDRA MANIS, quien NO había estado en la audiencia, y ésta le dijo que no habían podido resolver nada porque ninguno de los que estaban presentes había leído la documentación del caso.
El 11/11 mi madre concurrió a la COMISARÍA DE LA MUJER Y LA FLIA a realizar una ampliación de la denuncia IPP 547720 registrando una amenaza de Adolfo que había ocurrido en su domicilio en Lanús el 18/8 cuando Adolfo Castro le comunica que se había separado de mí y que él era muy bueno, sino ya hubiese cometido una locura. El 23/11 me acerqué nuevamente a la COMISARÍA DE LA MUJER y solicité la restricción de acercamiento de Adolfo Castro tanto hacia mis hijos como hacia mí, y solicité el botón antipánico, el cual nunca me fue asignado.
Comenzamos con las visitas programadas y me encontré con que mis hijos venían de la casa del padre con poco aseo, no les cambiaban de ropa, ambos se hacían pis encima, ellos me contaban que la habían extrañado mucho, que lloraron mucho porque querían verme, que su padre no les tiene paciencia, que durante su mes de cautiverio en el campo ellos le pedían al padre que querían verme y éste les decía que llorar era de maricones que mañana si se portaban bien me verían, al nene de 3 años le decía que “los machos no lloran que él no tenía que llorar porque era un padrillo”, que los cuida una niñera mientras estaban en la casa del padre, varios días noté que venían lastimados, con moretones, hasta que un día mi hijo tenía la ceja cortada y me contó que su padre los había subido a su moto, sin casco por supuesto, y que él se le cayó al piso y se cortó la ceja y no recibió la atención médica correspondiente. Es por eso que radico una denuncia el 23/11 en la COMISARÍA DE LA MUJER y solicité la restricción de acercamiento de Adolfo Castro tanto hacia mis hijos como hacia mí, y solicité el botón antipánico nuevamente Mis hijos, Regina y Pedro Castro, me dijeron reiteradas veces que querían estar mucho tiempo conmigo y poquito tiempo con el padre y que querían dormir conmigo. Cabe destacar que durante los 6 años de vida mi hija y 3 de mi hijo Pedro Castro, nunca habíamos estado separados, es algo a lo que no estaban acostumbrados. Mientras que sí estaban acostumbrados a no estar con su papá, ya que él no participaba de la crianza de nuestros hijos: nunca los bañó, ni cocinó, no los llevaba al colegio, no iba a los actos escolares, no los ayudaba con sus tareas o actividades, no les cepillaba los dientes, no los hacía dormir, no los llevaba a los controles médicos, ni siquiera fue capaz de visitar a mi hija cuando estuvo internada por problemas respiratorios en Capital Federal durante 4 días o de cuidar a mi hijo, quien tuvo que quedar al cuidado de mi madre mientras yo estaba con mi hija en la clínica. Quedó demostrado en su denuncia que hizo pública en diversos medios digitales de Necochea que ni siquiera sabía la edad de nuestra hija tiene 6 años y no 7 como el denunció. Yo era la que estaba siempre con los chicos y la que se ocupaba de su bienestar y crianza, la que procuraba por su alimentación e higiene personal, su salud y educación.
Es en ese momento priorizo por sobre todas las cosas la integridad física y psíquica de mis hijos y mía y realizo la denuncia de todos los hechos y solicite la restricción de acercamiento el 23/11 en la CRIA DE LA MUJER Y FAMILIA.
Frente a la falta de protección por parte de la Policía y del Juzgado, el 25/11 nos fuimos a MAR DEL PLATA, ciudad donde estuvimos hasta el 2/12 cuando a las 23.30 horas agentes de la DDI (quienes nos decían que no podían creer lo que estaban haciendo) allanaron la casa y se llevaron a mis hijos, que ya estaban dormidos. Tenían una orden librada por el SR. AGENTE FISCAL DR. JOSÉ LUIS CIPOLLETTI, A CARGO DE LA UNIDAD FUNCIONAL DE INSTRUCCIÓN N°1, DEL DEPTO JUDICIAL DE NECOCHEA.
Luego de que los niños le fueran reintegrados y a raíz de la publicación del caso en los medios digitales de Necochea estoy siendo víctima por ser mujer del escarnio público, la gente habla sin conocerme y me juzga por alejar a mis hijos por su bien y protegerlos del maltrato. Estoy siendo víctima de la difamación por parte de la familia Castro. Sé, porque mucha gente solidaria que me conoce de hace 10 años me contó que a cada comercio que entra me difama. No lo hace en la justicia, a diferencia mía.
Es evidente la diferencia y discriminación hacia mí por parte de la POLICÍA y de la JUSTICIA: hace dos meses que estoy haciendo todas las denuncias correspondientes y pidiendo la restitución de mis hijos cuando el padre los tenía incomunicados, y ningún patrullero fue capaz de acompañarme a buscarlos y el Juzgado no fue capaz ni siquiera de leer las denuncias e informes presentados. Mientras que cuando yo los llevo a Mar del Plata para protegerlos de las negligencias de su padre, ADOLFO CASTRO hizo una sola denuncia y la policía recorrió 5 domicilios distintos para realizar allanamientos.
Siendo víctima de violencia de género por parte de mi ex marido, siento que la justicia no me contempla como tal y no me representa a mí ni a mis hijos. Me siento desolada, desprotegida, discriminada y no escuchada. No me dejan entrar a mi domicilio de la Calle 65 Nro. 2063, en donde tengo absolutamente todas mis pertenencias, mis documentos, estuve en la casa de una amiga durante un mes, después estuve en un hotel y ahora estoy alquilando una casita, todo esto ayudada con mucho sacrificio por mi familia ya que me dejaron sin trabajo sin previo aviso.
Todas las acciones que tomé en relación a mis hijos siempre fueron en defensa de ellos hacia su padre violento que he denunciado en muchas oportunidades y no tuve respuestas ni de la justicia ni por parte de las comisarías. Porque esta más que demostrado que el poder económico y la corrupción que habitualmente ejerce Castro en este caso es peor aún porque ni siquiera tiene en cuenta el daño que le hace a nuestros propios hijos.
Es por todo lo relatado y teniendo en cuenta que a fines del mes de diciembre comenzaría la feria judicial es que estoy desesperada, recurro a ustedes y les pido por favor que los organismos de derechos humanos intervengan por el bienestar de mis hijos y mío. Estoy muy sola en Necochea ya que tengo a toda mi familia y amigos en Lanús. Mi ex marido tiene mucho poder y contactos en la ciudad de Necochea y temo por mi vida y la de mis hijos”.
DIARIO 4V
PUBLICADO EN LANUEVACOMUNA.COM