El operativo de apoyo a «Cristina presidenta» volvió a activarse, pero esta vez, enfocado en la presidencia del Partido Justicialista. Frente a un peronismo dividido y afectado por la disputa entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof, Cristina Fernández de Kirchner insinúa la posibilidad de aceptar un puesto que nunca manifestó querer: la conducción oficial del partido. Según sus allegados, «está interesada», pero la confirmación se demora, esperando que otras piezas encajen. Entre ellas, la de Ricardo Quintela, el único candidato formal hasta hace poco. El gobernador riojano fue el único en pronunciarse sobre la candidatura de CFK, y en un gesto inesperado, dejó claro que no retirará su postulación. «El peronismo debe debatir, y si hay que competir, competimos», declaró.
Aunque esta propuesta ya había llegado previamente a Cristina, en esta ocasión la situación es diferente. Mientras Quintela recorrió el país en busca de apoyo para su candidatura, CFK exploró alternativas desde el Instituto Patria. Ninguna opción, como Wado de Pedro, Lucía Corpacci o Sergio Uñac, logró consolidarse. Fernández de Kirchner argumentaba que el presidente del PJ no podía ser un gobernador, ya que «el peronismo debe ser una oposición firme, y los gobernadores suelen necesitar negociar». Mientras tanto, Gildo Insfrán, gobernador de Formosa, insistía en que la mejor opción era que ella asumiera el cargo, ya que delegar esa responsabilidad ya no era viable.
El martes, se realizó una reunión en la que CFK recibió a José Mayans, Juliana Di Tullio y Anabel Fernández Sagasti en el Instituto Patria. Mayans, mano derecha de Insfrán, reiteró la necesidad de que CFK asuma la presidencia del PJ. «Veamos si es lo correcto. Yo no tengo problema, estoy bien de salud, con ganas de recorrer el país. Hay muchas personas sufriendo, hay que reparar eso», fue la respuesta de Fernández de Kirchner, según relató Mayans en Radio10. Dos días después, comenzó el nuevo operativo de clamor. Wado de Pedro fue el primero en respaldarla públicamente, seguido por otros dirigentes.
Cristina presidenta 2.0
En el Instituto Patria insisten en que Gildo Insfrán fue el impulsor de la idea, y que la propuesta de presidir el PJ nacional, un cargo que CFK siempre evitó, no partió de ella. ¿Qué cambió? La grave crisis social generada por las políticas del nuevo gobierno libertario, y las crecientes tensiones internas entre los herederos políticos de Cristina. «Hoy el peronismo está fragmentado y necesita una voz opositora sólida. Y la única que tiene esa capacidad es Cristina. Cuando ella habla, la escuchan», explicó un dirigente cercano a la exmandataria.
Durante semanas, CFK ha incrementado su protagonismo político, y su eventual candidatura a la presidencia del PJ es el último paso en una serie de apariciones públicas, declaraciones y actos que comenzaron a intensificarse hace tiempo. Su visita a La Matanza junto al sacerdote «Tano» Angelotti fue significativa, ya que Cristina no realizaba recorridos por los barrios populares desde 2017. Esta visita, en la que no participaron Kicillof ni Fernando Espinoza, se percibió como un movimiento con tintes electorales, reforzado por quienes piensan que CFK debe encabezar la lista de diputados nacionales de Buenos Aires en 2025.
El clamor de «Cristina presidenta» de 2023 evolucionó primero a «Cristina diputada» y ahora a «Cristina presidenta del PJ». Sus seguidores creen que no solo es la «líder natural del movimiento», sino que su liderazgo es clave para resolver las tensiones internas del peronismo bonaerense. La reciente confrontación entre dirigentes de La Cámpora, encabezados por Máximo Kirchner, y Axel Kicillof ha generado malestar entre la militancia. El acto en Atenas, la nueva canción de La Cámpora contra Kicillof y las críticas de Máximo por las quejas del «dedo de Cristina» han elevado el conflicto, aunque el gobernador ha evitado responder directamente.
La resistencia desde La Rioja
A pesar de la jugada de CFK, Ricardo Quintela no se da por vencido. En Neuquén, acompañado por Victoria Tolosa Paz y otros dirigentes que apoyan su candidatura, se enteró del operativo clamor. «No hay que temerle a la competencia interna. Quien gana, conduce; quien pierde, acompaña», dijo, y fue respaldado por otros como Jorge «Negro» Yoma.
«Ricardo lleva medio año recorriendo el país, no lo van a bajar con un tuit», comentó un allegado al gobernador riojano, quien sospecha que CFK no busca realmente postularse, sino ganar tiempo para posicionar a alguien de su preferencia. Según algunos, el verdadero «pecado» de Quintela fue contar con el visto bueno de Kicillof, lo que habría irritado a La Cámpora. «Cristina no tolera perder el control del partido, y todo lo que no controla, lo frena», advirtió un veterano dirigente peronista, quien cree que la intención de CFK es postergar las elecciones del PJ hasta marzo, aunque están previstas para el 17 de noviembre.
Para muchos de los que apoyan a Quintela, la objeción a su candidatura por ser gobernador es injusta. «Nadie resistió más que él frente a este gobierno. Le quitaron la mitad de los recursos, es el que más sufrió», argumentan, y aseguran que ya cuentan con los avales necesarios para formalizar su candidatura en las próximas semanas.
Aun así, fuera del círculo íntimo de Quintela, pocos creen que su candidatura prevalezca. La mayoría cree que eventualmente alcanzará un acuerdo con CFK para conformar una lista de unidad. No obstante, esto depende de que otros sectores del peronismo no alineados con La Cámpora también se sumen al pedido de que Cristina sea la candidata. «¿Dónde están los intendentes? ¿Dónde están los gobernadores? Esto se tiene que resolver en los próximos días, o será un caos», advirtió un dirigente bonaerense, señalando las tensiones por resolver.
Con información de Página 12
Publicado en lanuevacomuna.com