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LA ERA MILEI

Dólar bajo: se disparan los «tours de compras» a Chile, Aduana reajusta y crecen las quejas de empresarios

La apreciación del tipo de cambio ha llevado a un aumento de los tours de compras a Chile. Por el paso Cristo Redentor cruzan diariamente unos 55 autobuses, según indicó personal de aduana a Ámbito. La diferencia de precios, que oscila entre el 30% y el 70%, ha hecho que muchos argentinos viajen, aunque el tiempo de espera para cruzar la frontera puede superar las diez horas. Los viajes ya incluyen autobuses desde Córdoba, San Juan y Buenos Aires. Este fenómeno comienza a afectar al comercio mendocino, cuyos representantes solicitan un refuerzo en los controles de la Aduana. Además, genera preocupación por la actividad de los “bagayeros”, los mercados “persa” y el aumento de mercancía falsificada.

Con el triunfo de Donald Trump, se anticipa un dólar más fuerte, lo que ha provocado una depreciación en las monedas de los países emergentes. Este lunes, el peso mexicano cayó un 1,7% y el real brasileño un 1,3%. Argentina, sin embargo, mantiene su política de apreciación cambiaria.

Este fenómeno ha tenido un impacto inmediato en el sector servicios. Para el Banco Central, el saldo en esa cuenta pasó de un superávit de u$s84 millones en enero a un déficit de u$s650 millones en septiembre, a pesar de que el dólar tarjeta está $500 por encima de los dólares financieros.

Las largas filas en el paso Cristo Redentor para cruzar de Mendoza hacia Chile se han vuelto habituales este año. “Los tours de compras se duplicaron respecto al año pasado, y actualmente tenemos unos 55 autobuses cruzando la frontera cada día para hacer compras de todo tipo”, explicaron fuentes de la aduana a Ámbito.

A los autobuses que usualmente salían de Mendoza, se han sumado otros de San Juan, Córdoba e incluso Buenos Aires. En muchos de estos viajes, los vehículos están llenos de “bagayeros”, personas contratadas para traer mercancías que luego se revenden.

Entran al país productos variados, como pequeños electrodomésticos, celulares, y principalmente ropa con marcas falsificadas. La mayoría de estos artículos terminan en los mercados “persa” de Mendoza, similares a los que se encuentran en el predio de “La Salada”.

Cambios en el protocolo aduanero El crecimiento acelerado de este fenómeno ha generado dificultades logísticas para la Aduana, que no logra controlar el flujo. Los controles son complejos y, en algunos casos, resultan en sanciones “simbólicas” a los compradores del tour. Llevar mercadería con fines comerciales está prohibido, aunque con las condiciones actuales parece difícil poner fin a la práctica.

El cruce fronterizo puede tardar hasta diez horas. Tras el colapso en las últimas semanas, que incluyó conflictos con el personal de control, la Aduana decidió modificar su protocolo. A partir de ahora, solo podrá ingresar un autobús a la vez al edificio aduanero, mientras que el resto deberá hacer fila a tres kilómetros de distancia.

Según fuentes consultadas por este medio, “lejos de agilizar el proceso, esto probablemente lo vuelva aún más lento”. Además, en la zona señalan que existe un déficit de entre 20 y 30 empleados en el personal aduanero.

El reclamo de los comerciantes mendocinos Al margen del impacto sobre el comercio exterior, este fenómeno afecta directamente a los comerciantes mendocinos. La Federación Económica de la provincia emitió un comunicado en el que expresa su “profunda preocupación por la constante caída en las ventas en sectores como zapaterías, ropa, tecnología y pequeños electrodomésticos”.

Por esta razón, solicitaron de manera urgente que las autoridades provinciales y nacionales implementen medidas de control aduanero más estrictas para prevenir el contrabando y “asegurar un mercado de competencia leal”, según el comunicado.

En este sentido, explicaron que “la proximidad con Chile ha generado un problema grave para los comercios de Mendoza debido al aumento de consumidores que viajan para hacer compras en el país vecino, aprovechando la diferencia cambiaria y las condiciones fiscales favorables que ofrecen productos a precios más competitivos”.

Afirmaron además que “el fenómeno va más allá de lo que se podría considerar una simple competencia fronteriza” y manifestaron su “especial preocupación por la modalidad de tours de compras que da lugar a una práctica ilegal de contrabando hormiga, mediante la cual productos adquiridos en Chile se ingresan de forma irregular para luego comercializarse en ferias y redes sociales”.

Para la Federación, esta situación amenaza la viabilidad de las PYMES locales: “En particular, el sector de la indumentaria está afectado por la violación de la ley de marcas, lo cual impacta gravemente tanto en los derechos de propiedad intelectual como en la competitividad de los comercios que cumplen con las normativas nacionales”, concluye el comunicado.

Con información de Ámbito

Publicado en lanuevacomuna.com

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