Un menú que esconde un oscuro prontuario
El historial comercial del empresario gastronómico Omar Yunes está plagado de irregularidades, incumplimientos, denuncias, contradenuncias, juicios y estafas.
Desde hace unos días, circula la información sobre un empresario local despechado efectuó una denuncia contra las autoridades municipales. El denunciante es Omar Domingo Yunes, un conocido empresario gastronómico local que, donde pisa, deja un embrollo que invariablemente termina en la justicia.
Con el trasfondo de la inevitable cancelación de la concesión del Complejo La Hélice de Quequén (plagada de irregularidades y de moras), se pretendió armar un verdadero show. Yunes, quien no aparece en ningún lugar como concesionario (se encuentra inhibido por la Justicia) es quien decidió jugar fuerte, autoincriminándose en un presunto delito de una denuncia delirante.
Una ensalada de deudas impagas
Hay una constante en la conducta de Yunes: no paga sus obligaciones. Su accionar comercial (absolutamente irresponsable) es el de asumir compromisos y pasado un tiempo, hacerse el distraído.
Conocedor de los baches legales, el empresario sabe que si transcurre un cierto tiempo de haber contraído una deuda, y nunca se le inició juicio o por diversos motivos no prosperó, la deuda se vuelve inexigible.
El Código Civil nos da los lineamientos de la prescripción de las deudas en los arts. 4023 en adelante. Del código surge que cualquier deuda existente, a los 10 años prescribe si no hay acción judicial, lo que significa que ya nadie puede obligarlo a pagar.
Sin embargo, Yunes ha logrado que se le otorguen créditos de todo tipo e invariablemente terminan mal.
Revuelto de cheques sin fondos
En la base de datos del Banco Central de la República Argentina (accesible a cualquier ciudadano) se puede observar la serie de cheques rechazados por no tener los fondos suficientes para cubrirlos.
Los valores fueron rechazados por diversas entidades bancarias entre septiembre y noviembre de 2016. Por los montos, podrían haber sido emitidos a favor de empleados o proveedores.
Una torta de juicios por estafa
El modus operandis de Yunes incluye la manipulación de la Justicia. Es habitual que se le inicien acciones legales para intentar el cobro de una deuda y cuando se ve apremiado por las circunstancias, se considera agraviado e ingresa una contrademanda. Así se puede apreciar en los registros de la Mesa de Entradas Virtual del Poder Judicial de la provincia, donde en los últimos años acumula una docena de demandas cruzadas.
Vale destacar que los abogados defensores le duran poco y los que consigue que lo defiendan, tienen dificultades para cobrar sus honorarios. Lo mismo ocurre con los letrados con los que debe asumir las costas de los juicios perdidos.
Resalta entre las demandas una por «Estafas» en el Juzgado Civil y Comercial N° 1, cuyos detalles serán tema de otro artículo.
Quién paga la cuenta
El estado financiero del empresario actualmente es desesperante: según se observa en la misma base de datos del BCRA, mantiene importantes deudas a la fecha con varias entidades bancarias: el Patagonia, el Galicia, el Santander Río y el Macro. Las obligaciones rondan en total los 100 mil pesos por mes.
Semejantes valores, cada día más elevados por las tasas de interés por mora vigentes o las tasas de interés judiciales (casi el 17 % anual), como una bola de nieve se tornarán impagables en poco tiempo más. Es tan delicada su situación que uno de los bancos, el Macro, ya le inició acciones judiciales para recuperar la deuda.
Al parecer, todo indica que Yunes necesita hacerse de dinero desesperadamente. Agobiado por las deudas y las demandas judiciales, es capaz de inventar cualquier maniobra para tal fin.
Alfredo Barros / LANUEVACOMUNA.COM
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