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DICEN EN LOS PASILLOS, PUERTO QUEQUEN

Dicen en los pasillos… la dirigencia que no resiste un archivo

Continúan los cuestionamientos al nombramiento de uno de los directores del Consorcio de Puerto Quequén, marido de la diputada provincial Sánchez Jáuregui. Al señalado, se lo indica de «ñoqui» ya que su formación en abogacía no parece estar directamente relacionada con las responsabilidades del cargo. Podría haber una incompatibilidad con un cargo provincial anterior.

Este agitado año electoral 2023 aún no culminó pero algunos afortunados ya tienen sus destinos laborales asegurados, a pesar de sus lamentables antecedentes. Estamos hablando de política mezclada con negocios, de políticos ausentes en campaña, de dirigentes vende-humo, de reparto de cargos/contratos y de que no todo se compra y se vende.

El portal 4 vientos publicó este miércoles un artículo de opinión respecto de estos personajes particulares. El mismo se reproduce a continuación:

Ñoquis de la casta se refugian en Puerto Quequén: La diputada y su esposo se acomodan en medio del colapso. El matrimonio de la diputada y el abogado representa las peores prácticas de la «casta» refugiándose en cargos provinciales y en Puerto Quequén.

La historia se presenta como una verdadera épica en la que un matrimonio dedicado plenamente a la política de pasillo consiguió acomodarse en medio de un aparente colapso de la organización hegemónica al calor de la avanzada de los libertarios comandados por el presidente electo, Javier Milei, que ha hecho de su desprecio a la casta política un argumento cuyo criterio busca terminar con algunos privilegios, prebendas y prácticas nepotistas en la administración pública.

Con completo desparpajo y sin ruborizarse, la diputada provincial Natalia Sánchez Jáuregui y su marido, el abogado Mariano Daniel Carrillo, están intentando no sólo sostener el tinglado de cargos conseguidos a fuerza de «rosqueo», sino que además parecen estar buscando consolidarse en una posición que incluso plantea una amenaza contra el espacio que los ha visto surgir, la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), con un armado paralelo que está generando rispideces y suspicacias en el interior del gremio fundado por Gerónimo «Momo» Venegas.

Sucede que hacia fines de agosto, cuando toda la atención estaba centrada en las campañas electorales y con unas PASO que empezaban a ofrecer algunas pistas sobre lo que sería finalmente el triunfo de La Libertad Avanza, el matrimonio de Sánchez Jáuregui y Carrillo logró acomodar al segundo en el directorio de Puerto Quequén, algo que fue visto con disgusto en la terminal portuaria.

La molestia con el nombramiento generó algunos comentarios que quedaron sepultados en la vorágine de las campañas, aunque los argumentos se basaban principalmente en que la representación de Carrillo en nombre del sector sindical dentro del directorio del puerto no correspondía dado que UATRE no es en rigor un sindicato vinculado estrictamente a la actividad portuaria. Sin embargo, muchas otras cuestiones acerca de su incorporación quedaron solapadas.

Pasó que el nuevo director no sólo fue mal visto por su falta completa de experiencia en el rubro, sino que se lo percibe como un verdadero oportunista cuyos antecedentes lo definen como un claro ejemplo de lo que es la «casta política», refugiado detrás de la banca de su esposa diputada, quien es la que en definitiva habilita su avance.

Sobre Carrillo pesó inicialmente la acusación de «ñoqui», dado que en septiembre del 2022 fue nombrado en un cargo cuyo título extenso no llega a definir cuál es la función que desempeña: Director Provincial de Gestión Territorial Conurbano Norte, dependiente del Ministerio de Jefatura de Gabinete, cuya tarea principal es la de » Asesorar, planificar, promover, programar, proyectar, proponer, realizar e intervenir y avalar los procesos de la gestión urbanística necesarios para el desarrollo urbano y territorial». Nada que ver con la abogacía de Carrillo.

Más allá del cargo «ñoqui»


Más allá del cargo «ñoqui», que no parece ser más que una vía de enriquecimiento para el matrimonio, tras su nombramiento en septiembre del año pasado, se conoció el acceso de Carrillo a Puerto Quequén como director, lo que le terminó ofreciendo no solo un abultado ingreso como funcionario, sino dos salarios, con el cargo en el Puerto aún más oneroso que el anterior.

En los pasillos del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén se comenta que la propia diputada se estaría jactando frente a quien quiera escucharla que tiene influencia sobre el gobernador Axel Kicillof y que habría sido clave para conseguir los puestos de su marido. El comentario llega con el lamento: «Y pensar que el Momo la hacía esperar durante horas para concederle una reunión y ahora está armando un rancho aparte dentro de UATRE».

En los papeles, la diputada no consiguió cristalizar ni su propia candidatura a la intendencia (naufragó en la interna del Frente de Todos incluso antes de empezar la carrera) ni consiguió tampoco llevar demasiado lejos a candidato que apoyaba, Marcelo «Chelo» Rivero, quien subrepresentó con creces al peronismo local en la última elección, incluso consiguiendo la peor elección del peronismo en el distrito en toda su historia. El candidato era malo, el apoyo de la diputada no alcanzaba, pero su esposo quedó bien acomodado, lo que le habría hecho pensar que puede ir por más.

Mientras tanto, en UATRE perciben que la avanzada de Sánchez Jáuregui intenta aprovechar el panorama dentro del gremio, siempre turbulento y con un José Voytenco que, si bien recientemente ha conseguido revalidar su mandato al frente del gremio, ha sabido enfrentar no pocas dificultades en los últimos meses, con una interna feroz e incluso con la intervención de la Justicia.

Todo alrededor del matrimonio se ve como un ejemplo de lo que el presidente Milei llama la «casta», incluso los antecedentes: Carrillo fue señalado en el pasado por ser el titular de la empresa que vendió alfajores con hongos al Consejo Escolar para que lo repartieran entre los alumnos de las escuelas a mediados del 2014. En esa oportunidad su nombre no conoció la luz pública y el caso se resolvió por medio de un informe que no convenció a nadie, aunque dió por resuelta la situación.

Con prácticas nepotistas y abiertamente a espaldas de la ciudadanía; asistiéndose de nombramientos en cargos públicos para conseguir posiciones de poder; intentando generar un armado disruptivo; sin apoyo real del electorado y con los peores antecedentes, Sánchez Jauregui y Mariano Carrillo intentan quedar refugiados con base en Puerto Quequén mientras planifican su futuro dentro de la UATRE. Habrá que ver si sus prácticas son toleradas por el esquema general, con nuevos aires de cambio que podrían arrastrarlos con la misma velocidad con la que ascendieron aprovechando la coyuntura en medio de un aparente colapso del sistema político con la llegada de los liberales libertarios al poder en la Argentina.

Fuente: Diario 4 vientos / lanuevacomuna

Alfredo Barros / LANUEVACOMUNA.COM

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