¿TODO SE ARREGLA CON PLATA EN ESTA CIUDAD?
¿La fiscalía le está dando tiempo al empresario para negociar con las víctimas?
Continúan pasando los días después del fatídico incidente ocurrido luego de la explosión de Phostoxin en un depósito ubicado en la localidad de Quequén, y una montaña de dudas se cierne sobre el accionar judicial referente al caso.
La causa es seria, eso es indudable. Una joven en encontró con una triste y temprana muerte. Más de una docena de intoxicados que, a pesar de haberse declarado a la zona como «fuera de peligro», dejan muchos interrogantes respecto de las posibles secuelas físicas y psicológicas, según los propios testimonios de los habitantes del lugar.
UN MOVIL DE LA DIRECCION DE PREVENCION ECOLOGICA (DEPENDIENTE DE LA POLICIA BONAERENSE) ESTA APOSTADO DESDE HACE DIAS EN LA ESQUINA DE LA EMPRESA SHIPINSUARENCE.
No obstante esto, la seriedad de la causa no parece encontrar correspondencia alguna con la falta de seriedad de algunos de los actores involucrados en la misma.
Mientras la Justicia debate el caso en el contexto de una «cadena de responsabilidades» que le quita la centralidad que le cabe a la inocultable negligencia del titular de la empresa, Fernando Cañada intenta «arreglar» la cuestión por «otros medios».
El depósito de Shipinsuarence S.A. se encuentra actualmente clausurado por la Municipalidad de Necochea, y el empresario ya prometió a los vecinos el traslado del depósito hacia otra zona.
Pero mientras la fiscalía acumula testimonios y evidencias para probar su «hipótesis de trabajo» (en el horario de lunes a viernes de 8 a 13 hs., no más allá de eso) son llamativos los tiempos elefantiásicos que le permiten a quien será luego «imputado» negociar con las «víctimas».
Se sabe que Cañada diariamente está visitando a los vecinos, interesándose por el estado de salud y por los daños a las propiedades, iniciando conversaciones personalmente con el expreso objetivo de encontrar una cifra de dinero que logre tentar a los afectados por el derrame tóxico del pasado lunes 13 de abril.
En este contexto, pareciera que la Fiscalía actuara en forma complaciente con el acusado, dándole tiempo para llegar a un acuerdo con las víctimas que logre morigerar el delito cometido.
En resumen ¿no se vulnera el espíritu de la Justicia, cuando no las leyes, al permitir que un victimario entre a las casas de sus víctimas a persuadirlos para desinflar las acusaciones?
Será Justicia. ¿Será Justicia?
Alfredo Barros / LANUEVACOMUNA.COM