De la Rúa reapareció en Córdoba y dijo que fue víctima de un golpe del peronismo y sectores radicales
Lo recibió la UCR de Córdoba y dio su primer discurso en un ámbito partidario desde la caída de su Gobierno.
Fernando de la Rúa tuvo ayer su primera catarsis partidaria desde que dejó la Casa Rosada, en diciembre de 2001, ocasión que le brindaron los radicales cordobeses que lo designaron “congresal honorífico” provincial, en un acto al que, no casualmente, faltaron los principales referentes.
Al acto no concurrieron ni el intendente Ramón Mestre (aunque sí su hermano Diego y algunos legisladores de su entorno más estrecho), ni los diputados nacionales Oscar Aguad y Mario Negri (éste adujo un problema de salud). También desistieron amablemente las invitaciones los presidenciables Julio Cobos y Ernesto Sanz.
Fue curioso, de todos modos, que el primer homenaje a De la Rúa haya surgido del radicalismo cordobés, que mantuvo siempre una larga distancia con aquél, al punto que jamás existió algo que pueda llamarse “delarruismo” en esta provincia, tan aferrada a la autonomía política heredada de Amadeo Sabattini.
El ex presidente agradeció el reconocimiento brindado en la Casa Radical de Córdoba, pero recordó que en los difíciles momentos que atravesó en 2001, no tuvo el apoyo que necesitaba. “Si el partido te deja solo…”, se quejó.
«Hubo un sector del peronismo que no se conformaba con haber perdido la elección y desataron en la calle toda clase de hechos, pero también tuve mensajes del propio partido para que renuncie», recordó.
A su renuncia, explicó, la asumió “como un renunciamiento frente a la violencia desatada por el golpe puesto en marcha”. “Porque hubo un golpe organizado”, remarcó.
“Hubo un gran sector del peronismo que no se conformaba con haber perdido la elección y quería volver al poder y por eso desataron en las calles toda clase de hechos”, acusó.
Pero también miró hacia adentro del radicalismo al recordar que tuvo “hasta mensajes del propio partido para que renuncie”.
De la Rúa buscó la empatía de los radicales cordobeses comparando su gobierno con el de Arturo Illia, y sus desventuras judiciales con las del ex gobernador Eduardo Angeloz, quien en los últimos tiempos ya ha sido reinvindicado por su propio partido.
Incluso, recordó que fue afiliado a la Unión Cívica Radical por Angeloz, en su brevísimo paso por el partido en Córdoba, ya que desarrolló su carrera política en el radicalismo porteño.
Angeloz, rememoró, “fue perseguido, y también lo dejaron bastante solo”. “Los correligionarios tienen que saber unirse, formar un frente sólido y de confianza, y no entregar a las fieras a los correligionarios atacados y perseguidos”, aconsejó.
El ex presidente equiparó su “lucha contra el gran capitalismo y el Fondo Monetario Internacional” con la de Illia por los contratos petroleros y la ley de medicamentos.
Consideró que su gobierno abrió las puertas al comercio con China, y se lamentó de que el precio de la soja haya comenzado a subir apenas seis meses después de su renuncia.
“Si hubiéramos tenido nosotros las circunstancias internacionales, los precios y los valores de las exportaciones, otra pudo haber sido la historia”, reflexionó.
De la Rúa puntualizó “el silencio” que guardó el partido en su largo periplo judicial, y afirmó que la sentencia que lo sobreseyó por inexistencia del delito de soborno a senadores justicialistas, “es una reparación para mí, en lo personal, para mi familia, y quiero yo también que para los radicales, porque nadie podrá decir que hubo un presidente radical que obró contra la ley o cometió un delito”.
“Me absuelven con un fallo terminante negando la existencia de los hechos. No sólo diciendo que los hechos no existieron, sino que hubo un complot para instaurar esa mentira; la mentira de que por una ley habían pagado a senadores para que la votaran”, concluyó.
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