El Reino Unido llevó adelante un nuevo ejercicio militar en las Islas Malvinas, el cuarto en lo que va del año, enmarcado en una política persistente desde 1982 para sostener una presencia armada de gran escala en el archipiélago. La base aérea de Monte Agradable (Mount Pleasant) continúa siendo el eje de estas operaciones, con despliegue de recursos estratégicos como cazas Eurofighter Typhoon, aviones Airbus A400M Atlas, sistemas de misiles antiaéreos y unidades rotativas de infantería de élite.
Un adiestramiento con múltiples objetivos
El operativo denominado “Cabo Kukri III” se desarrolló durante siete días e incorporó acciones tácticas avanzadas, entre ellas la ocupación de zonas de difícil acceso, como Monte Harriet, y la cooperación con medios aéreos en ejercicios de defensa y apoyo coordinado. Además, se sumó la utilización de drones en el marco de maniobras cada vez más sofisticadas.

Una de las novedades fue el despliegue de un inédito ejercicio de abastecimiento aéreo: se lanzaron más de 21 toneladas de insumos desde un A400M Atlas en cercanías de Pradera del Ganso, marcando el mayor movimiento logístico de este tipo realizado por Reino Unido en el archipiélago en los últimos años. Si bien fuentes británicas intentaron presentar esta acción como parte de una operación con fines humanitarios, el volumen y complejidad del operativo confirman una estrategia de ocupación con fuerte capacidad de intervención táctica en zonas alejadas.
Avance de la estructura militar en suelo ocupado
La participación de efectivos Gurkhas y las prácticas conjuntas entre fuerzas terrestres, aéreas y marítimas —como el reciente entrenamiento a bordo del patrullero HMS Forth— se enmarcan dentro de una estrategia de consolidación operativa británica para mantener el control sobre este enclave estratégico en el Atlántico Sur.
Estos ejercicios, planificados para desenvolverse en condiciones geográficas adversas y clima riguroso, refuerzan la intención de Londres de permanecer indefinidamente en las islas. El HMS Forth, tras superar la exigente evaluación FOST (Flag Officer Sea Training), continúa operando como uno de los principales vehículos de patrullaje en la zona, asegurando una vigilancia constante en línea con las capacidades disuasivas del Reino Unido.
Silencio oficial y controversia diplomática
A pesar de los reclamos históricos de la República Argentina ante la ONU contra la militarización del archipiélago, el gobierno del presidente Javier Milei no ha emitido comunicados oficiales recientes en torno a estos operativos. Esta actitud contrasta con las gestiones previas, que hacían énfasis en el principio de desmilitarización del Atlántico Sur, respaldado por resoluciones internacionales.
En un gesto que marcó una ruptura con la tradición diplomática argentina, Milei sostuvo que los habitantes de las islas podrían “votar con los pies” y optar por integrarse a la Argentina. Durante la ceremonia por el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, afirmó que sueña con que “los malvinenses decidan algún día votarnos con los pies a nosotros”, una declaración que fue interpretada como una posible validación del principio de autodeterminación para los kelpers.
Dicha postura representa un cambio de paradigma respecto a la histórica defensa de la integridad territorial, eje del reclamo argentino y respaldado por la ONU, que considera ilegítima la autodeterminación de poblaciones asentadas a través de procesos coloniales. Aunque Milei reafirmó su “reclamo inclaudicable” sobre la soberanía, evitó condenar explícitamente la ocupación británica o exigir su restitución, privilegiando un enfoque de seducción económica en detrimento de la vía jurídica.
La declaración generó cuestionamientos tanto en el ámbito diplomático como en sectores de la sociedad civil, que advierten que podría debilitar la posición argentina en organismos internacionales y fortalecer la narrativa del Reino Unido. Además, el uso del término “malvinenses” para referirse a los kelpers fue leído como un gesto simbólico que podría ser utilizado por Londres para legitimar su control sobre las islas.
La Nueva Comuna