Cristina Kirchner asumirá como presidenta del PJ, y es probable que no necesite pasar por una votación debido a que la lista opositora, encabezada por Ricardo Quintela, no ha cumplido con los requisitos mínimos. “Si Cristina lograba un 80 o 90 por ciento, su liderazgo saldría fortalecido. Pero no podemos validar un proceso electoral si ni siquiera presentan los avales necesarios”, explicó anoche una colaboradora cercana a la expresidenta, luego del plazo de 24 horas que le otorgaron a Quintela para regularizar la situación. La incógnita ahora es cómo utilizará Cristina su liderazgo en el PJ.
La campaña que inició esta semana —con apariciones sorpresivas, reuniones con sectores afectados por las políticas del Gobierno, y el armado de mesas de apoyo a “Cristina presidenta” en todo el país— podría dar pistas sobre su rol en 2025. Además de presidir el partido opositor, es probable que encabece la lista de candidatos a diputados nacionales del peronismo en la provincia de Buenos Aires. Su estrategia incluye recorridos por todo el país para respaldar sus listas o las de aliados en provincias donde gobiernan los «traidores», como apodó recientemente a los que, habiendo sido elegidos por el peronismo, luego se alinearon con el oficialismo en la Casa Rosada. Entre estos distritos están Tucumán, bajo la dirección de Osvaldo Jaldo; Catamarca, con Raúl Jalil; Salta, dirigida por Gustavo Sáenz; y Misiones, liderada por Hugo Passalacqua. Los cuatro mandatarios almorzaron con Milei la semana pasada en Olivos.
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“Habrá listas de Cristina en todas partes. Además de Milei, es la única que se podrá posicionar como figura nacional. Es un escenario similar al de 2017 con Unidad Ciudadana, pero esta vez ella tendrá el control del PJ”, explica un dirigente que tuvo un rol clave en aquella campaña. “Los candidatos de las listas del PJ que apoyan a Cristina serán una garantía de oposición al gobierno de Milei, un sello que irá más allá de Buenos Aires”, añade un integrante de Primero La Patria, la lista que lidera la expresidenta para la elección partidaria. Esto supone en algunas provincias una competencia entre dos sectores peronistas: el del gobernador y el de Cristina. Por ejemplo, en Tucumán, el PJ de Jaldo podría enfrentarse a líderes alineados con Cristina, como Juan Manzur o Pablo Yedlin. “Será el electorado de Tucumán quien juzgue a esos diputados que obedecen órdenes”, advirtió ayer Máximo Kirchner.
Cercanos a Cristina aseguran que está dispuesta a enfrentar grandes desafíos el próximo año. Sus aliados observan con cautela el proyecto de «ficha limpia», que podría usarse para proscribirla. Esto es, en parte, lo que la ha motivado a postularse como presidenta del PJ, buscando tener una posición clave para enfrentar al gobierno de Milei, aun si no se le permitiera ser candidata. Esta visibilidad nacional le permite además moderar las tensiones con Axel Kicillof, el gobernador bonaerense.
Con el liderazgo del PJ a nivel nacional, Cristina tendrá diversas opciones para confrontar en los territorios de los «traidores». En el escenario más extremo, podría optar por intervenir en los PJ provinciales. “No permitirá que el PJ se convierta en un instrumento político de Milei. No le va a ceder el partido a un gobernador que apoye todas las medidas del oficialismo. Necesitamos quitarles esa herramienta política”, expresó un dirigente que estuvo a cargo de uno de los últimos actos de la expresidenta. Cada provincia presenta una situación particular: el PJ de Tucumán está liderado por Manzur, pero Jaldo controla la mayoría del consejo directivo. “Si el gobernador toma el control del partido, Cristina tendrá que decidir entre intervenirlo o construir una versión alternativa del peronismo”, comentó un dirigente que aspira a liderar el sector K en esa provincia. Algo similar podría suceder en Catamarca, donde el PJ lo dirige Lucía Corpacci, quien mantiene tensiones con su sucesor, Jalil. En Salta, el PJ es leal al gobernador Sáenz. En Misiones, la presidenta del PJ es Myriam Comparín, quien responde al presidente de la Cámara de Diputados de la provincia, Carlos Rovira. Otros PJ provinciales, como los de Jujuy y Corrientes, ya están intervenidos.
El círculo cercano a la expresidenta insiste en que antes de avanzar con la estrategia electoral se enfocarán en un plan programático. “Vamos a formar equipos de trabajo para analizar cada área de gobierno”, señalan, y anticipan que de estos grupos surgirán posturas del partido sobre temas en debate en el Congreso, como una posible reforma previsional o laboral. “Esto nos permitirá tener una agenda clara y obligará a los diputados a tomar una posición”, explica una dirigente familiarizada con la dinámica parlamentaria. Para formar estos equipos, Cristina convocará a distintos sectores y recurrirá a instituciones como el Instituto Patria y la Escuela Justicialista Néstor Kirchner, dirigida por Nicolás Trotta y Rodrigo Rodríguez.
La Nueva Comuna