Che decime, ¿vos te ofendiste?¿En serio? No jodas”
El pasado Jueves 23 de Octubre la Coordinadora por la Tierra y la Vivienda de Necochea y Quequén hizo uso de una Banca Abierta previa al inicio de la sesión ordinaria del Honorable Concejo Deliberante.
Allí, dos representantes de dicho nucleamiento llamaron la atención de los concejales en torno a su falta de acción para resolver la problemática habitacional en nuestro distrito.
Este hecho causó enojo e indignación por parte de varios ediles, quienes nada respondieron acerca de posibles soluciones a la situación de emergencia habitacional en la que viven muchos vecinos, sino que decidieron, a través de diversos medios de comunicación, centrar el debate en las formas, alegando que la alocución constituyó una “falta de respeto” y un “insulto” hacia los representantes del órgano legislativo.
La respuesta por parte de los miembros de la Coordinadora no se hizo esperar. En este sentido, María Julia Pollon, trabajadora social, hizo pública en las redes sociales una por lo menos interesante contraargumentación.
Cabe destacar que el Colectivo de Trabajadores Sociales de nuestro Municipio, del cual Pollon forma parte, hizo también recientemente uso de una banca abierta para exponer la problemática habitacional que evidencian en su trabajo cotidiano.
“La gente no se enoja cuando la hacen ir todas las semanas a buscar una respuesta que nunca está.
No se enoja cuando le dicen «no está, salió, tuvo una reunión» y saben que la persona que buscan está escondida atrás de la puerta.
No se enoja cuando le prometen 1,2,3,4,5 veces que ya, ya, ya llega la casilla prefabricada y como en un año no aparece decide reacomodar las chapas y los palos de su rancho.
No se enoja cuando llueve y tienen que salir para el hospital y no pueden caminar en el barro porque se les pega en las zapatillas”.
La gente no se enoja cuando le dicen «si el terreno donde estás es fiscal hacemos rápido los papeles y te lo damos» sabiendo que en esa zona no hay terrenos fiscales”.
La gente no se enoja cuando le mienten y le dicen «en las primeras 10 casas que salgan va a estar la tuya”.
La gente no se enoja cuando le preadjudican un terreno donde ya están viviendo otras familias.
La gente no se enoja cuando sus papeles, su expediente, se perdieron, se traspapelaron, se archivaron, se amontonaron al costado de una pila.
La gente no se enoja, sino que llora y se angustia, cuando le dan 5 días para desalojar la casa y no sabe qué hacer.
La gente no se enoja cuando no escuchan, no miran, no hablan, no mueven, no representan.
La gente no se enoja, pero a veces se cansa y se instala en pedacitos de construcciones, que tal vez, algún día, con mucho esfuerzo (de ellos) se parecerá a una vivienda digna.
Capaz que la gente debiera enojarse un poco, y hacerse la ofendida y pedir que no le falten el respeto y capaz también, estaría bueno, que un medio amigo les publique el enojo.
Pero, ¿sabés que pienso? Que los que tuvimos la suerte de comer todos los días, de no pasar frío, de ir a la escuela, de tener trabajo, de tener un sueldo, y que además por un tiempo estamos de este lado, que cuando dicen «el Estado ausente». El Estado tiene nombre y apellido, somos vos y yo, y unxs cuantxs más que cobran sueldo y ahí no sabés, me agarra una autocrítica que no te digo, de diván mirá.
Por eso, cuando creo que hice y que hago todo bien, que no me equivoco, que soy el paladín de la justicia, y me enojo, y me ofendo, me doy una vuelta por el barrio, me tomo un mate mirando los agujeros de la chapa, el cartón, el piso de tierra, siento el frío y te juro se me pasa.
Che decime, ¿vos te ofendiste?¿En serio? No jodas”
JOHANNA RADUSKY/LANUEVACOMUNA.COM