El viernes se desató un nuevo cruce en la red social «X» (anteriormente conocida como Twitter) entre la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el actual mandatario, Javier Milei. La discusión se inició luego de que la exmandataria realizara un exhaustivo análisis político y económico, cuestionando duramente la gestión libertaria de Milei.
Con su habitual estilo directo, Cristina no escatimó críticas hacia el presidente. «Milei, hablar de economía diciendo cualquier cosa en los sets de televisión o escribir plagiando libros, es una cosa. Gobernar la Argentina, es otra muy distinta», lanzó Fernández de Kirchner, en referencia tanto a las declaraciones poco rigurosas de Milei en los medios como a las controversias por acusaciones de plagio en algunos de sus escritos.
Como era de esperar, el presidente no tardó en responder. Fiel a su estilo provocador, replicó con ironía: «No te pongas así de nerviosa, Cristina, te gustará mi clase…». Sin embargo, la exmandataria no se quedó atrás y subió la apuesta, señalando una de las principales críticas que ha recibido Milei desde su llegada a la Casa Rosada: su excesivo tiempo en redes sociales. «Largue Twitter y póngase a gestionar el Estado, que los argentinos la están pasando muy pero muy mal», disparó, marcando el tono del enfrentamiento.
Este cruce expone una vez más las profundas diferencias entre ambos líderes. Mientras Milei sigue apostando a la confrontación y a la provocación mediática, Cristina pone el foco en la complejidad de gobernar un país como Argentina. Para la exmandataria, el uso de las redes y las frases mediáticas no son suficientes para resolver una crisis económica y social tan profunda como la que atraviesa el país.
Cristina Fernández, con la experiencia de haber gobernado en dos mandatos consecutivos, sabe que no hay margen para la improvisación. En sus palabras, gestionar el Estado requiere «conocimiento profundo y una visión estratégica», algo que, hasta ahora, considera ausente en la administración de Milei.
La Nueva Comuna