Como hemos visto el Director Supremo Carlos María de Alvear, envió a Manuel José García a Río de Janeiro para entrevistarse con Lord Strangford, el embajador inglés. Sabiendo que Belgrano y Rivadavia, se hallaban en Río, rumbo a Europa, los evitó solicitando una reunión «reservada» al embajador.
Mitre en su Historia, intentó disfrazar el tenor de la entrega y la llamó «pedido de alianza o protectorado». Pero lo cierto es que se trató de una indigna oferta de claudicación de soberanía.
Strangford eludió a García y sugirió que Rivadavia y Belgrano llevaran la oferta a Londres para el Canciller británico Castlereagh. Pero la política colonial inglesa había cambiado desde 1807, pues por cuestiones europeas, llámese Francia, su eterno rival, se hallaba asociada a España. En consecuencia la “entrega” de Alvear era inoportuna.
La situación que llevó al hegemonismo de Alvear, a tal grado de traición unipersonal, más allá de la venganza española, consistía en, preferir una potencia extranjera desarrollada, antes que aceptar el gobierno de las masas populares identificadas en la Confederación de los Pueblos Libres que lideraba José Gervasio de Artigas. Veamos ahora en texto abreviado la claudicante carta de Alvear.
Jorge Murillo
- Enero 25. …Alvear envió esta carta:
Al Eximo. Vizconde Strangford, Embajador de S.M.B. en la corte de Brasil.
Muy Señor Mío:
“Don Manuel José García, consejero de Estado, instruirá a V.E. de mis últimos designios con respecto a la pacificación y futura suerte de estas provincias. Cinco años de repetidas experiencias han hecho ver de un modo indudable a los hombres de juicio y opinión que este país no está en edad ni estado de gobernarse por sí mismo, y que necesita una mano exterior que lo dirija… antes que se precipite en los horrores de la anarquía.
Pero también ha hecho conocer el tiempo la imposibilidad de que vuelva a la antigua dominación, porque el odio a los Españoles, ha subido de punto con los sucesos y desengaños de su fiereza durante la revolución.
…En estas circunstancias sólo la generosa Nación Británica puede poner un remedio eficaz a tantos males, acogiendo en sus brazos a estas Provincias, que obedecerán su Gobierno, y recibirán sus leyes con el mayor placer, porque conocen que es el único remedio de evitar la destrucción del país…
… Por lo tocante a la Nación inglesa, no creo que pueda presentarse otro inconveniente que aquel que ofrece la delicadeza del decoro nacional por las consideraciones debidas a la alianza y relaciones con el Rey de España.
Pero yo no veo que este sentimiento de pundonor haya de preferirse al grande interés que puede obtener Inglaterra de la posesión exclusiva de este Continente… la reconquista de estos países (por España) no haría más que autorizar una guerra civil interminable…La Inglaterra… no puede abandonar a su suerte a los habitantes del Río de la Plata en el acto mismo en que se arrojan en sus brazos generosos”
Buenos Aires, enero 25 de 1815.
Firma: Carlos de Alvear».
Fuente: 1947. Carlos A. Pueyrredón en “Gestiones diplomáticas en América”. En “Historia de la Nación Argentina”. Tomo VI, 1ª parte. Páginas 449- 450. Editorial El Ateneo.
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