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LA ERA MILEI

Cajas chinas: el entramado empresarial de Edgardo Kueider y las sospechas de lavado de dinero

El ex senador Edgardo Kueider habría utilizado el nombre de una empresa fantasma como fachada para adquirir varios departamentos. Este descubrimiento destapó un entramado de múltiples empresas registradas en Argentina y Paraguay, todas sin actividad declarada y con domicilios en propiedades abandonadas.

La primera sociedad atribuida a Kueider es Betail S.A., una agropecuaria que, según balances presentados ante la Inspección General de Justicia entre 2019 y 2021, no registró ventas ni operaciones comerciales. La periodista Mariel Fitzpatrick recopiló los datos que confirman que después de esos años no se reportaron nuevos movimientos.

Fundada en 2018 con un capital inicial de cien mil pesos, los socios iniciales fueron Pascual Jorge Quintero (nacido en 1957) y Pablo Fernando Leonel Beltrán (nacido en 1995), vecinos de San Fernando. Ambos, sin experiencia previa, se aventuraron en la “venta de ganado bovino en pie” y la “producción de semillas de cultivos agrícolas”, según el registro en la ex AFIP. Sin embargo, pese a reportar “cero ventas” y “cero costos”, la empresa mantuvo como domicilio una casa en ruinas ubicada en la calle Ercilla 6288, en el barrio porteño de Liniers.

En diciembre de 2019, Kueider compró el 50% de Betail S.A., asociándose con Rodolfo Daniel González, un amigo y puntero político de Concordia, quien también trabajó en su despacho cuando asumió como senador. González luego vendió su parte a un primo de Kueider, Ernesto Javier Rubel, quien residía en España trabajando como albañil. Rubel asumió como presidente de la empresa hasta comienzos de este año, cuando una denuncia por abuso sexual lo obligó a desprenderse de su participación, que volvió a manos de González.

Aunque Betail S.A. carece de ingresos declarados, es propietaria de tres departamentos y dos cocheras en el edificio «Live» en Paraná. Hasta hace pocos meses, las expensas estaban a nombre de Betail, pero luego se trasladaron a Iara Guinsel Costa, señalada como secretaria o pareja de Kueider, quien fue detenida junto a él en Paraguay.

El edificio pertenece a Claudio Tortul, empresario vinculado a un caso de sobornos. Tortul es además vecino de Kueider en la misma propiedad, donde también posee otros departamentos.

Para justificar estas adquisiciones, Betail S.A. habría declarado un supuesto “préstamo” de sus socios y un acreedor anónimo destinado a invertir en el «Fideicomiso Santiago Tejeiro», responsable de la construcción del edificio.

Kueider, su esposa Liliana Rosa Di Lello, y su hijo Haidar Iván figuran como responsables de otras sociedades, como Edekom S.A., orientada al desarrollo de software. No obstante, muchas de las empresas asociadas a Kueider y su entorno comparten características similares: domicilios ficticios, actividades inexistentes y aparentes irregularidades.

En Paraguay, Guinsel Costa afirmó que el dinero incautado en su poder correspondía a Golsur, una empresa constructora registrada recientemente, también vinculada a un entramado de sociedades fantasmas en ese país. Golsur carece de obras registradas y ofrece solo un correo electrónico como contacto.

Este complejo esquema de sociedades, tanto en Argentina como en Paraguay, se encuentra bajo la lupa judicial. Kueider enfrenta múltiples investigaciones por lavado de activos, contrabando, enriquecimiento ilícito y posible cobro de sobornos. La red de “cajas chinas” empresariales aún está lejos de ser completamente desentrañada, pero lo descubierto hasta ahora es apenas la punta del iceberg.

Con información de Data Clave

Publicado en lanuevacomuna.com

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