El pedido de autonomía para Quequén tiene una larga historia basada en el reclamo de un pueblo que se niega a que sus habitantes sean ciudadanos de segunda.
La ciudad de Quequén, que significa en lengua indígena «río barrancoso» fue fundada en 1854. Su historia desde lo institucional estuvo ligada al distrito de Lobería hasta 1979 en que la dictadura militar resolvió de un plumazo dividir la zona y anexar la ciudad al vecino municipio de Necochea. El motivo de esta decisión puede buscarse en razones económicas relacionadas a la actividad de Puerto Quequén. Aunque también señalan los memoriosos ciertas cuestiones más triviales, ligadas a asuntos de polleras del ex gobernador de la dictadura, Ibérico Saint Jean. Pero será tema de otra nota.
Los hitos en el camino
Varios acontecimientos jalonaron el camino de este pueblo que lucha por la creación su propio municipio desde hace décadas.
Uno de estos hechos trascendentes fue sin duda cuendo se dio a conocer un estudio de factibilidad hecho por la gobernación de la provincia en el año 1994, el que consideró «totalmente viable» el pedido de Autonomía.
Años más tarde, la voz del pueblo se hizo escuchar en el resultado contundente de las urnas en un plesbicito no vinculante que otorgó el ex intendente de la ciudad de Necochea Daniel Molina en el 2004.
La administración provincial, en tanto, siempre tuvo una actitud oscilante al respecto. Hace un tiempo atrás el propio gobernador Daniel Scioli en declaraciones públicas, no descartó la posibilidad de avanzar en el tema de la autonomía de Quequén y de Huanguelén -otra ciudad que reclama su independencia-, sobretodo luego de la creación del municipio de Lezama.
Lo cierto es que, en un sentido y en otro, los quequenenses aprendieron a leer entrelíneas y a manejarse con cierta cintura política ante determinadas situaciones. Es por eso que los vecinalistas entienden que las señales contradictorias dejan un camino abierto para el optmismo.
En fin, como dice en los paredones de Quequén «la libertad no se compra, se adquiere por esfuerzo propio». La autonomía no será fácil, pero tampoco imposible.
Alfredo Barros / LaNuevaComuna.com