«¡¡¡Chorros, caraduras, ladrones!!!»
Axel Kicilloff, el niño mimado de la presidenta Cristina Fernández la pasó muy mal en el Buquebús: un numeroso grupo de turistas argentinos que volvían de Uruguay lo abuchearon en protesta por las restricciones cambiarias.
El viceministro de economía argentino y estrella de La Cámpora volvía con su familia de un viaje a Colonia (Uruguay) donde tiene una propiedad y tuvo que refugiarse en la cabina del capitán del barco ante la bronca de la gente.
En Argentina el dólar «oficial» está rondando los 5 pesos. Pero cuando los argentinos salen al exterior, aunque más no sea a la cercana ciudad de Colonia, la realidad de un dólar a casi 9 pesos pincha cualquier burbuja económica y pone los pies sobre la tierra: el peso argentino está superdevaluado en el exterior y casi no se acepta por su escaso valor. Si a esto le sumamos las dificultades para la compra de dólares y los temores a revivir situaciones que ya ocurrieron en la historia local, es explicable la reacción de la gente.
Evidentemente, el gobierno perdió a la clase media.