Talar para luego reforestar puede llevar años
Increíblemente, desde Puerto Quequén se acaba de cometer una locura sinsentido que va a traer consecuencias por décadas en la ciudad.
Desde hace un tiempo, se difunde la información de la llegada a Puerto Quequén de equipamiento para molinos eólicos. Los mismos se instalarían en nuestro distrito pero también en otras ciudades cercanas.
A tal fin, desde el Consorcio de Gestión de Puerto Quequén, a instancias de su presidente Arturo Rojas, se está realizando una «limpieza» de un predio para depósito de la maquinaria. El predio es en uno de los muelles en la margen Necochea, casi sobre la avenida 10.
La «limpieza» del terreno consistió en el salvaje desmonte de eucaliptos y otras especies que fueron plantados allí no por casualidad hace décadas. También, la «limpieza» se llevó puesto en importante médano natural que hacía de límite natural entre el área portuaria y el ejido urbano.
DESTRUYERON UN MONTE Y UN MEDANO Y HAY ALARMA POR CONTAMINACION EN LA CIUDAD.
Increíblemente, desde Puerto Quequén se acaba de cometer una locura sinsentido que va a traer consecuencias por décadas en la ciudad. pic.twitter.com/JEdhId8cQd— INFO EN PROCESO (@INFOENPROCESO) 17 de diciembre de 2018
¿Remediando el medio ambiente?
Advertidos de la situación de daño ambiental, las autoridades anuncian a los cuatro vientos que se realizó también la «reforestación» de… lo desforestado.
En un pomposo videoclip, se utiliza un lenguaje que distorsiona la realidad: «plan integral de forestación» para referirse a la plantación de especies que demorarán 50 años en crecer y volver a consolidarse como cortina forestal.
Otra referencia curiosa se refiere al terreno: se aprecia en el video una «Nivelación, entoscado y compactación de suelo» para explicar como las portentosas máquinas se llevaron puesto el médano natural que existía allí hasta hace unos días.
— LANUEVACOMUNA.COM (@LANUEVACOMUNA) 17 de diciembre de 2018
Lo que ya no está y no tiene remedio
Los árboles mutilados eran parte de un monte que formaba una cortina forestal. Tenían una función clave: resguardaban de la polución emanada por las cargas y descargas habituales (y tóxicas) en el movimiento portuario.
El extinto médano era una elevación natural del terreno y que también hacía de barrera de contención ante las emanaciones contaminantes de la carga y descarga portuaria.
Árboles y médano eran un freno al peligroso polvillo que las terminales de ACA y Terminal Quequén esparcen sin control a los vecinos de la zona. Es de aclarar que ambas empresas cuentan con sistemas de carga totalmente obsoletos, fuera de las normas ambientales.
Si antes los vecinos se quejaban de la contaminación ambiental, ahora las cosas van a ser peor: los vecinos de Necochea van a palpar lo que es vivir con el polvillo, tal como ocurre desde hace décadas en Quequén.
El proyecto «Puerto-Ciudad» otra vez deja mucho que desear. ¿Y si en realidad lo cambiamos por «Ciudad para los negocios del Puerto»?
— LANUEVACOMUNA.COM (@LANUEVACOMUNA) 17 de diciembre de 2018
PUBLICADO EN LANUEVACOMUNA.COM