El plan de retirada progresiva del Estado Nacional bajo la administración del presidente Javier Milei ha llegado este jueves a Zárate en una de sus paradas más impactantes en tiempos recientes: la ciudad bonaerense es escenario esta tarde de una contundente manifestación convocada por los trabajadores del Complejo Nuclear de Atucha, tras la noticia de una oleada de despidos debido al desfinanciamiento de la obra. Los manifestantes advierten que 400 empleados están «en la cuerda floja» y denuncian que el Gobierno «vino a destruir a la clase trabajadora».
Alrededor de 180 empleados fueron informados en las últimas horas con la peor de las noticias: serán despedidos a fines de agosto. Estas desvinculaciones se suman a otras 80 ocurridas hace dos meses, todas relacionadas con personal del proyecto CAREM en Atucha. La incertidumbre ahora es cuántos despidos más están por venir: para muchos empleados, debido al «desfinanciamiento del Gobierno Nacional», podrían perder sus empleos unos 400 trabajadores; lo que provocó una intensa protesta este jueves en Zárate.
«Hay 400 compañeros que están en la cuerda floja. Me da una bronca enorme porque este Gobierno vino a destruir a la clase trabajadora. No tenemos por qué soportar esto, deberíamos estar en nuestros puestos de trabajo», dijo un manifestante en diálogo con C5N esta tarde. Sus compañeros explican que la justificación del Gobierno es que «el proyecto está finalizando y no hay nada más por hacer», pero agregan: «Es falso. El trabajo existe, las obras están, hay muchísimo por concluir en el CAREM 25».
«Queremos que el proyecto llegue a su conclusión. Hay una gran ausencia del Estado; si no coopera, nosotros quedamos fuera», señaló uno de los trabajadores afectados por la nueva ola de despidos. En este sentido, indicó: «El 31 de agosto se nos termina el contrato y quedaríamos todos en la calle. En su momento llegamos a ser casi 100 trabajadores en la empresa – hoy somos 30. Esta sangría viene desde hace tiempo».
El descontento se hizo evidente entre los manifestantes: «No es una obra terminada, está desfinanciada por el Gobierno. Llevo tres años aquí, es mentira que está por terminarse, falta mucho por hacer. Hay algo que el Gobierno no entiende, y es que, aunque nos afecta directamente a nosotros, indirectamente afecta al sistema de salud, a los compañeros de transporte, a quienes preparan la comida y a los de limpieza, además de a los comercios. Si los trabajadores no tienen dinero, el consumo interno se paraliza».
Con información de Diagonales
Publicado en lanuevacomuna.com