«Por favor no hagas promesas sobre el bidet», reza una de las grandes canciones de Charly García, y bien podría aplicarse a la situación actual que existe en Necochea respecto al Puente Ignacio Ezcurra, aquel que hiciera las veces de represa en la gran inundación de 1980 y que finalmente cediera ante la presión del agua el 29 de abril de aquel año, hace ya 43 veranos.
Haciendo un poco de historia, debe decirse que el puente fue inaugurado el 20 de diciembre de 1969 y su nombre hace honor a Ignacio Ezcurra, un periodista argentino que perdió su vida cubriendo la guerra de Vietnam.
La estructura tuvo, como se puede observar, poca vida útil. En abril de 1980, una gran inundación en esta región de la Provincia de Buenos Aires produjo su destrucción casi total. Aquel puente por sobre el Río Quequén unía no sólo a Necochea con Quequén, sino era un paso estratégico para el sector portuario.
Las promesas
Desde aquella caída, gran parte de la comunidad necochense reclamó por años la necesidad de que volviera a existir una estructura de similares características que sirviera para achicar los tiempos de traslado entre ambas localidades.
El 7 de agosto de 2019, el actual intendente Arturo Rojas, por entonces presidente del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén, anunció con bombos y platillos que había un acuerdo para financiar la reconstrucción del puente Ignacio Ezcurra.
Un par de meses después, quien era precandidato a jefe comunal por Juntos por el Cambio, explicaba que la construcción se haría en una nueva traza, dado que la estructura que quedó tras aquella inundación no podría soportar un nuevo armazón.
La inversión, según Consulbaires debía rondar los 8,9 millones de dólares. Hubo presentación de proyectos técnicos, apertura de sobre de ofertas y demás… Sin embargo, la obra nunca se concretó.
Pero no sólo el actual intendente incurrió en esa promesa incumplida. El actual presidente del Consorcio de Gestión, Jorge Alvaro, quien sucedió a Rojas en el cargo, también siguió con la misma idea. Incluso, se reunió con el titular del Astillero Tandanor para que se concretara un proyecto que definiera la reconstrucción del Puente Ezcurra. Tampoco ocurrió.
A 43 años de su caída, los restos del Puente Ignacio Ezcurra todavía se observan sobre ambas márgenes del Río Quequén y es casi un lugar obligado para alguna foto panorámica del puerto. Es más, el grupo local «El Plan de la Mariposa» tiene un videoclip grabado sobre la estructura.
Aladelta
Publicado en lanuevacomuna.com